Un día después de haber competido en el Triatlón de Fuente Álamo, no puedo mas que confirmar lo que todo el mundo que lo había hecho me decía: es uno de los triatlones en distancia Sprint más bonitos que se pueden hacer en España. El ambiente, los compañeros, los circuitos, la organización...todo es excelente en esta carrera, en la que el pueblo entero se vuelca. No en vano, llevan 23 ediciones.
Para los que no conozcáis porque esta carrera es tan especial, deciros que la natación tiene lugar en la playa de Mazarrón, allí esta el box1. El circuito de bici es lineal, no circular como en la mayoría de carreras, y además, incluye un puerto bastante duro y un descenso de esos que ponen los pelos de punta. Va desde la playa a Fuente Alamo. Luego sueltas la bici en el box2, ya en Fuente Alamo, y se corre por la calle principal, abarrotada de gente animando. Una pasada.
El viernes 27 salgo de Madrid a medio día con la intención de hacer noche en Fuente Alamo y así no tener madrugar el sábado, con el objetivo de estar mas descansado en la carrera. Dicen que no hay mal que por bien no venga, y en este caso esto se cumplió pero bien...ahora os cuento. Dada la temperatura del agua, entre el material que me llevo a la carrera incluyo mi traje de neopreno Orca S3, con el que cada vez me voy encontrando mas cómodo a base de meter series largas en piscina (1000-1500 m continuo). También me llevo el saco de dormir,ya que decidí aceptar la hospitalidad de la organización, que pone a disposición de los triatletas un polideportivo para que pernocten el viernes y sábado. En estas, pongo rumbo a Fuente Alamo con el coche hasta las trancas, como es habitual.
Llegado a Fuente Alamo encuentro el pabellón sin mayores problemas y procedo a instalarme. Tengo suerte y mucho aun no han llegado, por lo que hay sitio de sobra y puedo hacerme con una colchoneta. Monto mi campamento junto a los chicos del club Triatlon Claveria, que me aconsejan sobre un par de aspectos de la carrera. Una vez instalado, salgo a rodar 30 min suaves para reconocer el circuito a pie, y para mi sorpresa me cruzo con Maria Pujol y Samer Ali, triatletas sevillanos que vienen a por la victoria, aunque finalmente ninguno de ellos la logra, que también estaban reconociendo el terreno.
La noche fue digamos que bastante larga. Una vez cenado, traté de descansar, pero me resultó imposible por el ruido del montón de gente que había en pabellón. Ruido de risas, ruido de hinchadores de colchonetas, ruido de niños, ruido de móviles, ruido de...ronquidos!. Entre una cosa y otra, y sin saber como, me acabo quedando dormido, aunque la claridad me despierta poco después de las 7. Es sábado y hoy se compite. Bien.
Mi saco, el de la izquierda |
Lo dicho, me levanto y me voy a desayunar. La organización habilitó una zona junto al pabellón como comedor, y en ella se servía el desayuno, el almuerzo y la cena del sábado, todo incluido en la inscripción. Otro detallazo de la organización. Tras el desayuno los amados/odiados stands de material...al final acabo picando y me pillo un culotte Skins y un bañador Orca, todo a muy bien de precio. Con tiempo, me voy al pabellón y preparo mi material, la bici hay que dejarla en un camión que la lleva al box1 en Mazarrón y luego hay que ir al box2, junto a la meta, a dejar las zapatillas para la carrera a pie. Como amenzaba lluvia (insisto en que la web de Maldonado no falla), las cubro con una bolsa de plástico, aunque el viento se encargaría de llevarse la bolsa después.
Después de un almuerzo a base a pasta y una siesta fallida me monto en el bus que nos lleva a Mazarrón, prestando atención al trayecto, ya que el bus hace el mismo recorrido que haremos con la bici. Veo dos o tres curvas enlazadas bastante cerradas y me preocupo porque YA está lloviendo y el viento que se ha desatado nos tiene a todos acojonados. Mejor, el chofer del bus se atribuye el papel de apocalíptico y grita: -Chicos, olas de 5 metros en Mazarrón. Silencio. Se oye a uno: -Jefe, yo me bajo aquí!. Carcajada general y el animo retorna. En el fondo nos va la marcha.
Llegamos a Mazarrón y parece el fin del mundo. Lluve bastante fuerte y el viento es muy precoupante, además, la temperatura ha bajado bastante y todo el mundo tiene frio, así que decido ponerme YA el neopreno, una hora antes de la carrera (no fui el único). Como yo compito en categoría absoluta y mi salida es la ultima, me dirijo a la ver la salida de las chicas. El viento es realmente muy fuerte y el mar esta muy, pero que muy, picado. Se ven caras de preocupación no solo en las chicas, sino en las de los jueces. Bocinazo y al agua. El viento es tan fuerte que las chicas acaban, nadando hacia la primera boya, que se encuentra en frente de la salida, cerca de la segunda, a la que deben llegar después de dejar a la izquierda la primera. Las primeras salen del agua y se ve en sus rostros el cansancio.
Para mi salida el viento decide amainar un poco. Esta vez no lo dudo y me coloco en primera fila. Suena la bocina y al agua. Después de los primeros metros me doy cuenta que voy a hacer una buena natación. Estoy cómodo en el agua y el traje no me agobia. Decido mantener una velocidad de crucero y quedarme en un grupo de 4 o 5. Pasamos la primera boya y ahora toca nadar a favor del viento. Me dan patadas y codazos en la segunda boya, yo doy algunas coces también. Enfilando la orilla me doy cuenta que tengo gente muy a mi izquierda y gente muy a mi derecha, así que decido quedarme donde estoy para cometer un error medio, ya que no puedo ver la salida del agua entre tanta ola. Llego a la orilla y efectivamente, he entrado pasado y debo corregir como 50 m hasta llegar a la zona por la que se debe salir. Los voluntarios no dan abasto haciendo aspavientos a los triatletas para mostrarles el camino...todos salen absolutamente desorientados y exhaustos...la natación ha sido muy dura. Miro mi Garmin, 16 min.
Encuentro mi bici bailando por el viento, pero eso no es lo peor, las zapatillas, las gafas y el casco están empapados de la lluvia. El viento es infernal. Va a ser un bici dura. Me animo al ver que quedan muchas bicis en el box, he salido bien colocado del agua. En la zona de llanos antes de puerto me pasan como 10 o 15 triatletas como motos. Tan lento voy?, No, ellos vuelan!. En las rampas del puerto me sigue pasando gente, aunque ya no tanta ni tan rápido, de hecho, empiezo a alcanzar yo gente, aunque sin encontrar un grupo que lleve mi ritmo. Conforme van llegando las rampas mas duras me voy encontrando mejor y subo la parte mas dura de pie, con estilo...ole!. La bajada acojona mucho mas en la bici que en el bus. La zona de curvas cerradas da miedo, y encima con el firme mojado, aun así, freno mucho menos de lo que debería... Sigo solo, nadie delante y nadie detrás. En el llano veo gente delante y gente detrás. Dudo, pero al final me decido a dar caza a los dos que veo delante. Voy bien. Cazo a uno y le grito -Vamos! para que se una. Lo hace, pero se pone a rueda. Pillamos a otro y le grito otro -Vamos!, también se une y también se pone a rueda. Coño, es que nadie va a darme un puto relevo???. Cazamos a otro y al fin me dan relevo. Yo, a partir de ahí, me dedique a chupar rueda, lo confieso. Al final, se formo un grupo de 10 que rodaba muy rápido ye estuve a punto de quedarme un par de veces. Entramos al box y miro el Garmin, 48 min en bici. Me calzo las zapatillas (también empapadas) y echo a correr.
La calle principal está llena de gente que anima y la verdad es que se agradece. Es bonito. A pesar de los ánimos, me doy cuenta de que no voy todo lo fino que quisiera, y empiezo a acusar el esfuerzo de la bici. Me conjuro y aprieto los dientes, hay que sufrir!. Al final entro en meta con un tiempo total de 1:31:54, y mi puesto en la categoría absoluta es el 199/445. Mejor tiempo que algunos de los que compitieron en categoría Elite.
La meta es otro detallazo de la organización. Primero nos obsequiaron con una camiseta de manga larga chulisima (ya nos habían regalado otra técnica al recoger el dorsal), que nos vino a todos estupendamente porque hacia mucho frio y había que esperar a que trajeran las bolsas desde el box de Mazarron para recogerlo todo del box. El avituallamiento?, de lo buenos. Fruta abundante y rica, refrescos, agua. La fama que tiene es merecida y no me extraña que muchos de los mejores triatletas españoles hayan ganado alguna vez Fuente Alamo, por ejemplo, Gomez Noya o Ivan Raña.
Aqui os dejo un video de la carrera elaborado por la gente de @triatlonchannel.
No he podido elegir mejor carrera para debutar en triatlón esta temporada. En fin, ha sido una carrera inolvidable por la cantidad de emociones vividas (menuda tormenta) y el ambiente tan estupendo que la rodea. Como dice mi camiseta (por detrás), YO VUELVO!.
Carpe Diem.