viernes, 23 de agosto de 2013

QUIERO HACER UN TIMELAPSE

Recuerdo el día que vi el primer timelapse. Fue hace cosa de un año y medio más o menos. No creo que fuera el primer timelapse que viera, pero si fue el primero que me llamó tanto la atención como para investigar acerca de esta técnica fotográfica, dándome el último empujoncito para comprar la cámara. Era un timelapse de Randy Harvelson que, a través de su proyecto Dakotalapse, nos enseña el cielo nocturno en sus increibles videos. Ese día decidí que yo quería hacer aquellas cosas tambien. Me pareció que combinaba muchas de las cosas que me gustaban, la fotografía, el cielo nocturno, video, audio... Yo como siempre, queriendo empezar la casa por el tejado.

Después de todo el proceso básico de aprendizaje realizado con la cámara, que os conté en un post anterior, y tras adquirir un trípode y un intervalómetro del chino, comencé a mirar al cielo con la esperanza de poder capturar esas imágenes en fotografías algún día. Una noche de luna llena, en Cancún, me asomé a la terraza por casualidad y ahí estaba aquella luna radiante, casi me pedía que la fotografiara. Fui por la cámara, el tripode, hice los ajustes y comencé a disparar. Tardé un buen rato, pero al final logré la primera foto del cielo nocturno que me gustaba de verdad.


foto de aquella maravillosa luna llena
Aunque quedé bastante satisfecho de esta foto, pensé que debía haber hecho un timlapse, así que a la noche siguiente planté todo en la terraza e hice 400 fotografías. Decidí emplear el formato horizontal, en vez del vertical empleado en la foto anterior. Por otra parte, el cielo no estaba tan claro como el día anterior y la luna no estaba tan radiante, pero aun así lo hice. De estas fotos nace mi primer timelapse, que abajo os presento. La edición, muy sencillita. Con Ligthroom y unos presets bajados de internet. Sin audio y sin presentación. A pelo. Eran tantas las ganas de ver el resultado que así quedó y así lo conservo. Lástima no disponer de un gran angular, la luna hubiera aguantado más tiempo en el encuadre... ¡Que caras son algunas aficiones!. Por ejemplo, el triatlon, la fotografía y viajar...




Unas semanas más tarde fui a un embarcadero de la laguna Nichupté, también en Cancún, con la intención de buscar localizaciones para hacer uno de puesta de sol. Como llevaba el equipo encima y la escena me gustó tanto, decidí hacerlo allí mismo en aquel momento. Tuve la suerte de que se coló una gran tormenta (además de un barquito indeseable), que quedó incluida en el timelapse. 

Lugar en el que se tomaron las fotografías. Me eché un buen par de cervezas mirando la puesta de sol
La edición también bastante sencillita, aunque esta vez, utilicé el Movie Maker de Microsoft para incluir el nombre del video y unos créditos al final. El audio lo saqué del catálogo gratuito de Vimeo. Nota mental: planificación. Se puede comprobar que llegué bastante tarde y el sol ya casi estaba puesto, por lo que al editarlo tuve que aumentar la exposición al principio (quedando algo quemado) para que las fotos del final no quedasen tan subexpuestas...Se puede perdonar todo, salvo no conocer a que hora se pone el sol!. Aquí abajo os dejo el resultado final:



Como veis, falta mucho por aprender, pero lo cierto es que estoy contento con el resultado obtenido. Estoy dando mis primeros pasos en edición de video, pero me va a llevar tiempo (que no tengo!). Poco a poco. 

Espero que te hayan gustado estos trabajos. Si tienes alguna duda o quieres compartir algún trabajo tuyo, puedes hacerlo. Trataré de ayudarte en la medida de mis posibilidades. 

Carpe Diem. 

lunes, 19 de agosto de 2013

TIKAL, GUATEMALA

Aprovechando que los trámites de inmigración hicieron que tuviera que pasar por Belice, decidimos echarle huevos y cruzar a Guatemala para visitar las ruinas de Tikal. La idea era dormir en Bacalar (México), cruzar Belice y llegar a Santa Elena (Guatemala) para dormir. Es una jornada dura, no solo por los casi 400 kms que hay, sino porque las carreteras no están en el mejor estado (sobre todo las de Guatemala) y porque hay que cruzar dos fronteras, con los problemas, el tiempo y la incertidumbre que eso siempre conlleva.

Tras un par de situaciones un poco turbias en Belice (gasolineros armados con escopetas y policía que te saca el arma para pedirte la documentación), encontramos el primer problema real: en Guatemala no me dejaban pasar mi auto alegando un tontería. Habiendo llegado hasta allí, regresar no era una opción, así que llegamos a un acuerdo con un local que nos llevó hasta Santa Elena en su auto por una cantidad relativamente justa, teniendo en cuenta que estábamos en sus manos... Después de un par de horas de trayecto llegamos al hotel sanos y salvos. Una gran tormenta nos recibió en Santa Elena y temimos que la visita a Tikal fuera pasada por agua. Como no teníamos auto, contratamos finalmente con una agencia el transporte y el servicio de guía hasta las ruinas. Normalmente no hago esto, pero he de reconocer que en este caso la jugada salió bien, pues el grupo era pequeño y el guía era bastante experto en Tikal y el mundo Maya. 

Tikal se encuentra en la región del Petén, en Guatemala. Las ruinas de Tikal están en el centro de un parque nacional, con objeto de preservarlas. La superficie del parque es de más de 500km2, aunque las ruinas solo ocupan unos 20 km2, el resto está sin excavar. Puedes hacerte una idea de la importancia que debió tener y de lo que queda por descubrir. Por este motivo, visitar Tikal cansa. Se camina mucho (imprescindibles zapatos cómodos, agua y chubasquero en época de lluvias), hace mucho calor y los moscos no dan tregua, pero merece muchísimo la pena. Aunque obviamente hay turistas, no se llega a tener nunca la sensación de agobio que tienes visitando otra ruinas mayas como Tulum o Teotihuacán. 

No son solo impresionan sus edificios, templos y pirámides, es el lugar en el que está enclavada, en medio de la jungla. Te das cuenta realmente de esto en el trayecto desde Santa Elena, donde la jungla ha sido talada para uso agrícola. Conforme te vas acercando a Tikal, que es parque natural, la jungla se va mostrando poco a poco, hasta que se muestra en todo su esplendor, salvaje. Si tienes suerte en la visita puedes ver monos, tucanes y otros bichos (servidor vio monos araña, varios pájaros raros y unos bichos muy graciosos con cola y hocico largo cuyo nombre no recuerdo). Abajo os dejo un video donde se oye el sonido de las cigarras. 




monos araña
bichos simpáticos y huidizos
Cuando llegaron los españoles, encontraron Tikal abandonada. Se dice que las grandes ciudades mayas colapsaron siglos antes debido a la brutal demanda de recursos (madera, piedra y alimentos) que estas megaciudades. De esta forma, Tikal no fue conquistada como lo fue Teotihuacán, sino encontrada ya invadida por la selva. Cuando estaba allí, me imaginaba como verían aquella ciudad los conquistadores españoles, debió ser algo grandioso a pesar del estado en la que la encontraron. Los edificios no presentaban este aspecto originalmente, sino que estaban revestidos de estuco. Podeis imaginar la impresión que causaría.

espalda del templo I


edificios que se suponen servían de vivienda a la nobleza




vista de la plaza mayor, con el templo I a la derecha


templo I
Como ya sabrás, los mayas eran grandes observadores del sol, la luna y las estrellas, y tenían unos calendarios muy perfeccionados. Muchas de sus edificaciones, estaban destinadas al seguimiento de estos astros mediante las sombras proyectadas, que marcaban los inicios de las estaciones y por tanto los ciclos de su agricultura. De hecho, los edificios principales de la ciudad dibujan la forma de la constelación de la osa mayor.

vista del primer observatorio astronómico de Tikal, también conocido como El mundo perdido
Lo que más me gustó, de largo, fue subir al templo IV, o de la serpiente bicéfala. Tiene una altura de 70 metros y desde arriba divisas todo Tikal y tienes una vista de la jungla en su conjunto. Es cuando realmente entiendes donde estás, que Tikal está en medio de la selva. Como decía el guía, si no subes al templo IV, no sabes lo que es Tikal. 

escaleras habilitadas para subir
vistas de la jungla y los templos al fondo. para mi, lo mejor de Tikal
 Después de la visita y una buena comida en el comedor del recinto, volvimos a Santa Elena y salimos a pasear por la isla de Flores, enclavada en el lago Petén Itzá. Sus calles, pintorescas y abarrotadas de restaurantes y tiendas para turistas no dejan de tener su encanto, sobre todo a la luz del atardecer. 


atardecer en el lago Petén Itzá




aunque se hicieron de rogar, todos querían salir en la foto


Aunque no pasé mucho tiempo en Guatemala, me atrevo de decir que es un pais por descubrir. Un gran desconocido. Ojalá pueda volver pronto con más tiempo para conocer la región de los volcanes. Como dice la canción de Caetano Veloso , Meu coração vagabundo, Quer guardar o mundo, Em mim. 

Carpe Diem.

domingo, 11 de agosto de 2013

PASEANDO POR MEXICO DF

Recientemente he podido disfrutar de una maravillosa visita a Cuidad de México. Aunque el motivo de esta visita fue profesional, durante el fin de semana y las tardes libres pude escaparme a pasear, encontrando una cuidad divertida, moderna...y segura. El DF impone, no en vano viven aquí mas de 20 millones de personas, considerando la zona metropolitana. Desde el avión es impresionante y da la impresión de ser un enorme caos. 


fachada del Museo de Bellas Artes.
alrededores del Museo
Nos alojamos en el hotel City Express Insurgentes, muy bien ubicado y relativamente bien en calidad/precio. El hotel se encuentra justo frente a una parada del metrobus (un bus que circula por un carril propio, que atraviesa el DF de Norte a Sur), con el que puedes llegar facilmente a muchos de los lugares más interesantes de la ciudad o a una parada de la red de metro. El transporte público del DF es barato y funciona relativamente bien, pero prepárate para pelear duro por tu sitio, van siempre llenos de gente.




Pasamos bastante tiempo paseando por los barrios de Condesa y Roma, donde encontrarás miles de restaurantes y antros realmente chulos y un ambiente bastante hispter... además de un montón de galerías de arte y artistas por todas partes. Como a todos los recien llegados, me preocupaba bastante la seguridad, pero con un poco de cuidado y sentido común no tienes porque meterme en líos. No te confíes, pero disfruta. 



paseos por Condesa
Entre los lugares que más me gustaron están Kitchen6, con una magnifica carta de cervezas artesanales, y el Romita Comedor, un lugar con un solarium increible y cocina mexicana muy bien presentada (ojo, las raciones son escasas). Para comida tradicional, El Farolito. Los precios, más o menos con los de Madrid, ni caros, ni baratos, aunque la relación calidad/precio es mejor que en España. El servicio en México es definitivamente mejor, hay muchos camareros y se te atiende rápido. 

También tuvimos oportunidad de visitar Coyoacán, con su alegría y colorido, donde se encuentra el museo de Frida Kahlo, que nos gustó mucho. Cerca del hotel estaba el mercado de San Angel, donde disfrutamos de unas tostadas de pulpo y unas quesadillas dignas de recordar. 


las calles animadas de Coyoacán
me dio algo de apuro interrumpir su comida, pero no pude resistirme
SIn saber muy bien como (vamos, perdidos) nos topamos con la UNAM y sus edificios tan chulos. Merece la pena dar un paseo por su enorme campus. 


los murales son espectaculares

También visité el zócalo, en el centro, y las calles de alrededor. Llama la atención como cambia lo que ves de una calle a otra, México es un pais de contrastes. Hay que tener cuidado de donde vas, pues hay barrios no recomendables y es facil despistarse y acabar en uno. Servidor tuvo se metió en un pequeño lío por fotografiar lo que no debía donde no debía. 


calles próximas al zócalo. 
Si quieres hacer la catetada, te recomiendo subir al Monumento a la Revolución, ubicado en la plaza de la República. Merece la pena por las vistas 360º de la ciudad. 


niños jugando en las fuentes junto al monumento. 
turista risueña
La visita me encantó y cambió la mala opinión que me había formado en mi anterior visita, un tanto apresurada y marcada por el dolor que cabeza que me produce la altitud los dos primeros días. Me parece una cuidad muy interesante, con una oferta cultural y gastronómica incomparable, en la que no me importaría vivir. Viva México cabrones!!!!

Carpe Diem.