Nunca he sido un buen corredor, lo reconozco, muchas veces os lo he dicho, pero bueno, a base de ganas y kilómetros, me fui de España con unas marcas bastante dignas en 10K y en media maratón (42 min y 1:39 respectivamente). Cuando llegué aquí y salí a correr el primer día pasaron muchas cosas para las que no estaba preparado: en primer lugar, mis ritmos de entrenos subieron del orden de 1m/k y en segundo lugar mi cuerpo se deshidrataba por completo. Estoy hablando de acabar de entrenar como si me hubiera dado una ducha con ropa y zapatillas puestas. Algo absolutamente increíble. Me ha llevado casi cuatro meses "adaptarme" a estas condiciones. Los escribo entre comillas porque hay días que siguen siendo imposible. Confieso que algún momento llegué a pensar que iba a tener que dejar el triatlón por incapacidad para adaptarme.
Cuatro meses después las cosas han cambiado mucho. Me siento plenamente integrado en el Equipo Forza, donde mis coach Gaby y Marcela me aconsejan y me ayudan, pero sobre todo, me animan a superarme. Mis compañeros también me han ayudado mucho a la integración y hoy considero a muchos de ellos amigos, cosa que no sorprende si tienes que en cuenta la cantidad de horas que compartimos a lo largo de la semana.
Mis rutinas de natación las llevo a cabo en la piscina (alberca para mis amigos mexicanos) de colegio Da Vinci. Las instalaciones son sencillamente sensacionales y da gusto ir a nadar allí. Mis entrenos de natación los hago por las tardes, despues de trabajar, junto con los más jóvenes de Forza (como jalan esos chavos!!!). Me ha sorprendido el gran nivel de natación que tienen. Nadan muy bien, y muy rápido. Entrenar con ellos es algo frustrante (juventud, divino tesoro), pero me ayudan a mejorar. Aquí en los entrenos se intercalan ejercicios de fuerza, en los que sufro como una nenaza. Voy a nadar todos los días que puedo (entre 3 y 4 a la semana), completando un volumen de aproximadamente 2k/día.
Entrenamos bici 3 días a la semana: dos en un autodromo y uno, el sábado, en carretera. Yo nunca había entrenado en un autódromo, pero la verdad es que te acostumbras. Rodar en Cancún no es igual que rodar en Madrid, aquí no hay respeto al ciclista y es peligroso rodar solo en carretera (realmente peligroso), así que en estos dos días de autódromo completamos unos 30-40 km haciendo series, y logrando unas medias de 30-31 Km/h, terminando con 1 o 2 vueltas de carrera a pie. Los sábados toca fondo y salimos a la carretera, siempre acompañados por un coche escoba que nos protege de tráfico. Suelen ser rodadas de entre 50 y 100k, dependiendo del día. La bici me gustaba mucho más en España, lo admito. Echo mucho de menos subir a la montaña con mi amigo Mario y Edu, y beber de esa fuente de agua tan fresca. Aquí no hay monte, hay selva, y todo es llano, pero aun así, me sigue encantando la bici y disfruto mucho. Creo que ahora soy más rápido, pero imagino que cuando vaya a la montaña, las pasaré canutas escalando...
La carrera a pie la entrenamos 3 veces a la semana tambien. Los lunes hacemos distancias (fondo, para mis amigos españoles). El ritmo pasa a un segundo plano y lo importante es rodar muchos kms. Yo ya he conseguido rodar por encima de 15 sin morirme, y eso es un gran logro considerando mis principios aquí. Miércoles y viernes vamos a entrenar a la pista, donde tambien juega el Atlante (el equipo de futbol de Cancún). Gaby me ha ayudado mucho con la técnica y poco a poco me está enseñando a correr y creo que todo esto verá sus frutos más pronto que tarde.
Dentro de poco participaré en mi primer triatlón en México. Mi primer triatlón con el verde de Forza y mi primer triatlón desde mi abandono en el medio de Sevilla en marzo de este año. Quise parar de competir para recuperar la ilusión, las ganas y sobre todo la fortaleza mental que perdí tras el abandono. Todo esto ha vuelto gracias a mi constancia y a la ayuda de mis coach y mis compañeros. Estoy disfrutando cada día con ellos y eso me hace ser optimista de cara a la competición. Los resultados son importantes, pero más lo es disfrutar y compartir.
Felicidad y orgullo. |
Carpe Diem.