miércoles, 5 de febrero de 2014

TRIATLON DE MÉRIDA GMC 2014: LA CRÓNICA

La primera competición de la temporada tiene siempre un sabor muy especial. Desde prácticamente el final de la temporada anterior, los triatletas mexicanos ya andábamos deseando que llegase esta fecha y yo me inscribí con bastante antelación.

Para mis amigos españoles, les diré que Mérida está a tres horas de coche desde Cancún, es la capital del estado de Yucatán, que da nombre a la península y es un ciudad con una gran historia y belleza. Aquí podéis ver algunas fotos que hice en mi primera visita, allá por agosto del año pasado.

Dado que la preparación de la temporada va realmente bien, subiendo el volumen poco a poco, no me preocupó en exceso haber entrenado poco y mal desde el miércoles hasta el viernes previos a la carrera, dado que por motivos de trabajo estuve en Panamá (el entreno indoor y yo nos llevamos fatal).

Mi sengundo triatlon de verde Forza.
Con este pensamiento salimos de Cancún el sábado por la mañana temprano rumbo a Mérida. Esa misma tarde fuimos a recoger el paquete en Mérida y luego a dejar la bicicleta en la T1, que en este caso se encontraba en el pueblo de Progreso, a 40 Kms. Como te puedes imaginar, se trata de un triatlon líneal, de los que gustan a los triatletas. La natación tendría lugar en la playa de Progreso, la bici desde allí hasta Mérida y posteriormente la carrera a pie tendría lugar en el Paseo de Montejo, una de las calles más bonitas de Mérida y México, según he oído.

El despertador sonó muy temprano, 5am, y rápidamente nos pusimos en marcha hacia Progreso, donde las horas hasta mi salida se me hicieron eternas. Desayuné poco, un par de plátanos y una barrita energética, y eso si, bebí mucha agua. La bocina de la categoría 35-39 del Olimpico sonó algo despues de las 9am, y ahí me puse en las primeras posiciones desde el principio. El agua estaba bastante revuelta por el viento y la corriente, y la verdad es que era complicado avanzar y ver. No se veía nada y orientarse se convirtió en algo complicado, teniendo prácticamente que saltar en el agua para ver las boyas debido al oleaje. Comencé a pasar gente de la ola anterior y acabé metido en un grupo importante de gente de la primera ola de olímpicos, dos anteriores a la mía. He olvidado mencionar que la organización decidió eliminar 250m debido al mar estado del mar, cosa que me molestó muchísimo. No lo entiendo y me perjudicó bastante, dado que la natación es mi mejor segmento. Nadé los 1250 en 27 minutos, cuando normalmente nado el 1500 en 22. Para que te hagas una idea de como estaba el mar.



Con buenas sensaciones me monté en la bicicleta y ahi justo fue cuando me di cuenta de lo duro que iba a ser este triatlon. El viento soplaba de cara y muy duro, no nos dio tregua en los 40 kms de la ruta. Para colmo, y como suele ser habitual, no encontré un grupo de ciclistas que fueran a mi ritmo hasta bien entrado el tramo de bici. Como en el km 3 me pasó un grupo de 9 o 10 como motos, y por supuesto, no hice ni el más mínimo intento de enganchar con ellos. La experiencia me ha enseñado que encabezonarte por seguir en un grupo de bici por encima de mis posibilidades es el peor error en un triatlon, que hace que lo pagues en la carrera a pie. De esta forma rodé solo hasta el km 15 más o menos, donde se me unió un chico en solitario que me pidió agua. Al oirlo hablar le pregunté si era español y me dijo que si. El de Puente Genil y yo de Sevilla. Que cosas. Fue muy generoso y solo me pidió un relevo, cosa que agradecí porque el que le di me dejo prácticamente al borde del infarto... este chico siguió su camino y yo me quedé, siendo cazado poco después por un grupo bastante nutrido, como de 30 ciclistas, con los que llegué a la T2. Mi promedio fue algo superior a 29km/h, pero la sensación fue la de haber hecho una bici prácticamente a tope.

Vista de la T2 en el Paseo de Montejo
La carrera a pie se presentaba dura, principalmente por la temperatura, el sol y la humedad. Había que completar 4 vueltas a un circuito de 2,5Km rodeado de gente animando y hasta con batucada. Sinceramente, esperaba más de mi carrera a pie. Nada más empezar a correr me dio flato y sentía mucho dolor en la boca del estómago. Tuve que ir regulando toda la carrera y aunque mis piernas querían más, no pude correr como yo quería. La ultima vuelta al circuito el dolor remitió y me permitió acabar con cierta dignidad. Entre en meta con un tiempo de 2:54, como ya he dicho, fue una carrera muy dura.




A pesar de la mala carrera a pie, quedé 17 de los 90 de mi categoría de edad. A modo de conclusión puedo decir que hay un grupo de triatletas con los que no puedo competir, están a años luz, pero si que puedo estar entre los 10 mejores de mi categoría si sigo peleando en cada entreno como creo que hago. Aparte de la carrera, un gran fin de semana de risas, amigos y comida yucateca...ñam...

Próxima parada Ironman 70.3 de Monterrey el próximo 16 de marzo. Ya me hierve la sangre.

Carpe Diem.

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